OPINIÓN: “La Dirección de este liceo nos ha arrebatado lo poco que teníamos”

Por Aníbal Monsalves Matus, vicepresidente del CCEE del Liceo Bicentenario Padre Alberto Hurtado
Seré tajante con mi declaración: el nivel docente en el Liceo Bicentenario Padre Alberto Hurtado Cruchaga de Loncoche, se encuentra sumido en una mediocridad que para la década del 2010, pocos habrían podido prever. Sin embargo, dentro de toda la masa, hay un grupo contado de aplicados docentes que logran marcar una importante diferencia. Hoy, nos encontramos con uno menos de ellos.
El pasado jueves, junto a nuestro grupo del electivo de Historia, de Economía y Sociedad, y el de preparación PAES de Ciencias Sociales, quedamos muy acomplejados con la ausencia de nuestro querido profesor, para luego enterarnos por boca del mismo, que había sido suspendido de sus funciones, producto de un insólito sumario, que pocos podrán considerar serio.
Lo que aparenta ser una denuncia por ley Karin, devela, para los más cuidadosos, un castigo propiciado a modo de censura, a un docente que se atrevió a revelar una medida inescrupulosa, tomada por Dirección, ante la asamblea de profesores: la adjudicación del bono SNED, la cual pasaba a llevar no solo la altura de sus antecesores (dirección de don Alberto Velásquez), quienes estipularon la repartición de dicho dinero a los profesores más destacados de cada departamento, sino que también a la voluntad general del profesorado.
Hoy, aquellos firmantes de dicha perorata, llegan tranquilos a trabajar. Te reciben en la puerta con una sonrisa y un cínico –Buenos días–. Ellos continúan sus vidas, reciben sus salarios, y no se inmutan. Nosotros en cambio, los estudiantes, somos para variar los que terminamos pagando por los antojos de nuestros mayores.
Una vez más, este equipo directivo falta al compromiso que hizo con nuestros padres y apoderados: propiciar una educación de calidad.
Y faltan al apartar a un profesional que ha demostrado una conducta intachable y una vocación que no cualquier egresado podrá presentar. Un profesor que lee en el mes lo que ellos no logran en un año. Un profesor que presta libros a sus estudiantes, se los regala, los inscribe a cursos de liderazgo, les da consejo y una imagen a quien admirar. Un docente que, mientras sus colegas corren a la sala de profesores a hacer vida social; se queda en su sala, preparando su siguiente clase, leyendo, avivando el fuego de la estufa para que no pasemos frío, limpiando, ordenando, y conversando con nosotros, los más inquietos, acerca de política, cultura y sobre Jesús. Son esos detalles los que hablan por sí mismos. Y es bajo esta premisa, que Dirección, y más de algún docente, se ha encargado de señalarlo con el dedo y acusarlo de hacer proselitismo político, de “adoctrinar” a sus alumnos. Se ha dicho, incluso, que él fue autor del famoso discurso dado por mí y publicado en este medio, en el marco de la asunción del C.C.E.E., poniendo en duda no solo la letra y capacidad reflexiva de este honrado vicepresidente, sino también, lo más grave, la altura ética y moral de un profesional de la educación. Sin ninguna prueba ni menos empacho de calumniar a un menor de edad. Y aquí, no es solo dirección, sino también un grupo de educadores que se han ensañado contra nuestro centro de estudiantes, haciendo muchas veces de la asamblea, una zona de descargos en nuestra contra, por opinar, por exhibir sus errores. Todos con nombres y apellidos, porque en una comunidad pequeña, todo se sabe, por unos y por otros. A veces, por los menos pensados.
Les afirmo que no todos los profesores de nuestro liceo son ineficientes y se dedican a estas malas prácticas; quien lea esto y le quede el poncho, que se lo ponga, sin embargo, nadie podrá negar que la educación privada es superior en su calidad docente. Lo sé yo, que tengo familia en ella y tuve en su momento la oportunidad de asistir, pero no lo hice, ya que en aquel entonces, el que iba allá, lo hacía por capricho, prestigio, por algo querer demostrar. Eso, claro, en el tiempo en el que un liceo Bicentenario como el Alberto Hurtado se posicionaba con sus resultados SIMCE y de PSU. Hoy, la situación ha cambiado. Encontrar un profesor como el mencionado, es un vestigio en este sistema. Y en lugar de cuidarlo, protegerlo y potenciarlo, se le aparta, se le castiga, se le denosta. La Dirección de este liceo nos ha arrebatado lo poco que teníamos, lo poco que se salvaba. Privan a aquellos estudiantes que tal vez no tienen los medios para asistir a un colegio como el Oxford School o el Liceo Alemán, de una clase de calidad, de una que invita a pensar. Ustedes, grandes señores de dirección, que juegan con nuestra enseñanza; entiendan que están dejando a muchos alumnos en “desigualdad de condiciones”.
Termino con una frase dicha por este profesor, meses atrás, en el contexto de un paro docente, y que yo nunca olvido:
“Mientras ustedes están perdiendo clases, sus futuros patrones están estudiando”.
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