Opinión: CHAMULLO Y MIERDA: Cuando la verdad no importa

By on 3 agosto, 2025

Por Alberto F. Velázquez Castro, Profesor

Hace unos días presencié una exposición en la cual se homologaron resultados de dos instrumentos de selección para acceder a la universidad que diferían en su objetivo. Uno (la PSU) que se centraba en conocimientos y otro (la PAES) que se centra en habilidades. Como todo profesor lo sabe no es posible equiparar estas dos pruebas, salvo que se privilegie la intuición y sea una conversación informal. Lo sorprendente es que este hecho ocurrió en una situación formal en la que de alguna manera se buscaba describir la realidad de la educación municipal de nuestra comuna. Sin embargo, estos profesores renunciaron a la precisión y al conocimiento riguroso, al parecer, solo buscaron salir del paso. De algún modo renunciaron a describir la realidad. Lo más grave es que no les interesó la búsqueda de la verdad; les dio lo mismo llamar manzanas a las peras y peras a las manzanas.  

Este hecho y otros parecidos ocurridos en el último tiempo  me recordaron el famoso trabajo del profesor Harry Frankfurt sobre la palabra del inglés bullshit. Esta palabra se compone de la expresión bull que significa toro y de shit que significa mierda (en el sentido de excremento). El vocablo bullshit no tiene una traducción exacta a el español, pero se acercaría al significado de las palabras: tontería, mentiras, sandeces y, probablemente, estupideces. Para resumir, el profesor Frankfurt señala que el bullshit no alcanza a ser una mentira propiamente tal, lo que distinguiría al bullshit es la falta de preocupación por la verdad, la indiferencia por cómo son las cosas en realidad. Así podríamos decir, salvando las distancias con la lengua inglesa, que cada vez que no nos preocupa el cómo son las cosas sobre las que hablamos decimos tonteras y sandeces, es decir, y esto sonará fuerte, decimos cosas que tienen el mismo valor que la mierda (excremento).

Vivimos en tiempos en que la verdad no importa, o más bien, en los que triunfa lo aparente, lo que parece verdad, lo virtual, lo que agita, grita, entretiene o ayuda a salir del paso. Vivimos en la era de la posverdad. Dice el DRAE posverdad: “distorsión deliberada de una realidad, que manipula creencias y emociones con el fin de influir en la opinión pública y en actitudes sociales”. La posverdad y el bullshit se conectan en su desprecio por lo cierto, lo correcto, por la pasión de describir nuestro mundo de la mejor manera posible, aunque se nos agoten las fuerzas. Lo dramático y, a ratos, desolador es que estos dos fenómenos parecieran recubrirlo todo. Desde los defensores de sus intereses, (hoy los tecnologistas), nos cubren de imágenes hasta que perdemos el interés por buscar la verdad (se vuelve muy difícil). Entonces, nosotros mismos, ya cansados nos cubrimos de bullshit, es decir, de mierda.

Como no existe una traducción exacta de la palabra bullshit a nuestra lengua debemos buscar palabras que se asemejen o acerquen. También, palabras que en el contexto cotidiano del español de Chile se asemejen o acerquen. Probablemente, la primera que se nos venga a la memoria sea chamullar. De acuerdo, al diccionario de americanismos chamullar es: “hablar mucho intentando convencer al interlocutor”. La Academia Chilena de la Lengua dice sobre chamullar: “proferir expresiones que resultan confusas, incomprensibles o falsas, mentir o engañar”. También estaríamos cerca del significado de la expresión palabrería que según el DRAE es: “abundancia de palabras vanas y ociosas”. Cotidianamente decimos que nos chamullan para señalar que nos cuentan un cuento o nos embolinan. El chamullo rara vez nos indigna como si lo hace la mentira. Somos indulgentes con el chamullo, lo perdonamos y muchas veces nos causa hasta risa. Asumimos que quien chamulla es solo una persona pretenciosa incapaz de aceptar su ignorancia. El chamullo lo perdonamos, no lo tomamos en serio, lo dejamos pasar. La pregunta sería ¿cuándo el chamullar cruza la línea y se convierte en algo más que salir del paso?, ¿cuándo, sobre todo en contextos formales, se convierte en un desprecio por la búsqueda de la verdad?

Probablemente, nos falte una palabra para cuando el chamullo se impone en contextos donde lo que corresponde es describir la realidad con la mayor precisión que podamos alcanzar. En el contexto de la deliberación pública y en el ámbito educativo deberíamos escapar del chamullo negro que se asemeja tanto al bullshit. En esos ámbitos debiera primar el aprecio por la verdad. Por ello, me dejó pensativo el que dos profesores, en un contexto formal, confundieran peras con manzanas.

Si los profesores renunciamos a buscar la verdad y a describir la realidad, ¿qué nos queda? Probablemente, solo un chamullo que se acerca peligrosamente a embetunarnos con mierda. 

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