OPINIÓN: Pensamiento crítico… ¿para quién?

Por Martín Cárcamo Artigas, alumno de 4 medio, Liceo Bicentenario Padre Alberto Hurtado
Los pasados viernes 16 y viernes 23 de mayo, se realizaron charlas sobre diversidad sexual en el prestigioso Liceo Bicentenario P.A.H.C., donde el grupo «Queers Loncoche» profundizó en temas como identidad de género, orientación sexual, expresión de género, nuevos términos y actualizaciones, y estereotipos de género.
Es bien conocido que muchos de estos movimientos no buscan el diálogo ni la educación, sino la imposición de una visión única. En más de una ocasión, cuando alguien discrepa de sus ideas, la respuesta no es la argumentación, sino la violencia: se tilda al disidente de machista, homofóbico, misógino, o se le atribuyen etiquetas peyorativas sin mayor análisis. Entonces, ¿qué hace un movimiento que no tolera la diversidad de ideas, educando sobre diversidad?
Me genera molestia que los mismos dirigentes del liceo que acusan a ciertos profesores de «adoctrinadores» o de «influenciarnos» lo hagan simplemente porque esos docentes no se alinean con su visión ideológica, o porque, piensan más en el bienestar general del liceo que en sus intereses personales o políticos. ¿Con qué autoridad moral difaman a otros si incurren exactamente en lo mismo que critican?
Hablan de pensamiento crítico y nos piden tener autonomía, pero cuando uno hace uso de ellas, te difaman, te estigmatizan y te miran en los recreos con desprecio ¿Es eso coherente con el mensaje de inclusión y respeto que tanto se pregona?
Aquí, el problema es que los adultos se comportan como si no lo fueran. Los adultos que debiesen ser ejemplo de equilibrio y sensatez, traen a grupos activistas cuya propuesta central parece contradecir la realidad biológica y social más básica. Pero si un profesor o alumno, de forma argumentada, expone un punto de vista distinto, es tachado, censurado o silenciado. Debemos, pues, someternos a todo lo contrario a lo que ir ellos mismos pregonan: pensamiento crítico.
Confusión me genera el hecho que el establecimiento nos exigía respeto y educación, cuando el director del mismo liceo es elegido a dedo, más no por concurso, como lo exige la Ley N.º 20.501. La cual establece claramente que el Jefe de Educación Municipal debe convocar un concurso público, informando perfil, requisitos, sueldo referencial y plazo de postulación. Aún, el Artículo 32 bis detalla que dicho proceso debe contemplar la verificación de requisitos, entrevistas y evaluación de mérito, liderazgo y competencias. Sin embargo, en nuestro liceo, el único mérito visible parece ser ser cercano al alcalde. Y aquí lanzo una pregunta abierta: ¿Alguien vio el concurso público? ¿Dónde se publicó? ¿Cuándo se evaluó el mérito?
¿Dónde quedó la excelencia académica que tanto se nos dice que nosotros los estudiantes debemos mantener, siendo que las directrices de este liceo están de forma ilegal en este liceo? Y nos exigen a nosotros dejar de ocupar los celulares en clases, venir con uniforme, nos vienen a exigir respeto, de qué respeto digo yo, como dicen por ahí: “predican y no practican”.
Realmente me guardé por mucho tiempo el deseo de escribir esto, pero la charla de «diversidad de género» fue el detonante, ya que un Liceo Bicentenario, donde debería reinar la excelencia, los buenos valores, el pensamiento racional, y en un todo, apuntar a la educación en las ciencias, las artes y las disciplinas, traen a un grupo de personas cuyo tema central es «con quien te acuestas» o «con quien te sientes identificado», un grupo que defiende las «infancias trans» ¿En serio una persona mínimamente cuerda, piensa que un niño de entre tres y diez años, sabe con qué género se identifica? ¿Por qué, en dicho caso, no dejamos a un menor de edad sufragar, comprar y beber alcohol, fumar, casarse sin consentimiento de los padres? Pero sí lo dejaríamos optar, por su cuenta, mutilarse los genitales y/o recibir hormonización, pues ya tendría la madurez suficiente para ello.
Son muchas las aristas o preguntas que surgen aquí: ¿Preguntas o irregularidades?
Como conclusión final, invitó a todos a comentar las irregularidades en medios como este, no vía violenta, mediante el diálogo y la reflexión de ideas, ya que nosotros debemos ser mejores, no iguales. Nosotros, los jóvenes, debemos aspirar a ser mejores que aquello que criticamos. No a replicarlo con otro color de bandera.
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