OPINIÓN: Desde el estero hacia el circuito lacustre: la posición estratégica de Loncoche

Por Desiderio Millanao Antilef – Ingeniero Forestal
Durante este primer año acompañando el desarrollo de las obras fluviales del Estero Loncoche, he podido observar cómo, poco a poco, la comuna comienza a mirarse a sí misma desde otros ángulos. No solo se trata de muros, gaviones o encauzamientos; detrás de cada tramo intervenido se abre la posibilidad de imaginar el territorio de otra manera, con horizontes que hace algunos años parecían lejanos.
Las obras fluviales, al recuperar bordes, ordenar flujos y generar espacios públicos, se transforman en una infraestructura estratégica para el desarrollo futuro de Loncoche. Permiten que la comuna vuelva a mirar su estero como parte viva de su estructura urbana y territorial. Y es desde este punto de partida —no desde fuera— que quiero situar la reflexión: la posición geográfica privilegiada de Loncoche respecto al circuito lacustre de La Araucanía.
Un territorio bien ubicado
Loncoche se ubica en un nodo territorial clave, entre la zona agrícola interior y los destinos turísticos consolidados de Villarrica, Calafquén y Panguipulli, este último con un desarrollo creciente en el circuito lacustre sur. Además, está emplazada directamente sobre la Ruta 5 Sur, la columna vertebral que conecta a Chile de norte a sur. A diferencia de las comunas vecinas, que se vinculan solo con uno o dos puntos de interés, Loncoche tiene conexión directa con tres lagos y con el borde costero, en la localidad de Mehuín, lo que amplía significativamente sus posibilidades de articulación territorial y turística. En pocos kilómetros se pasa de sus paisajes fluviales y urbanos a cuencas lacustres de alta atracción regional, un atributo territorial que ninguna de las comunas vecinas posee con igual fuerza. Hasta ahora, la comuna ha sido vista principalmente como un lugar de paso. Sin embargo, con las obras fluviales en marcha, se abre la posibilidad de dejar atrás esa condición pasiva y transformarse en un nodo activo: un espacio que ofrece experiencias auténticas vinculadas a su paisaje ribereño, su cultura local y su ruralidad viva.
El estero como corredor paisajístico y cultural
La intervención fluvial crea la base para imaginar el estero como un corredor verde y cultural, que conecte el centro urbano con sus bordes y con las rutas que conducen a los lagos. Ciclovías, senderos, miradores, zonas de descanso, espacios para ferias locales o actividades culturales son parte de un mismo entramado posible. Esta infraestructura — anclada en el estero— puede dar lugar a circuitos turísticos locales complementarios, diversificando la oferta regional y fortaleciendo la identidad comunal. Además, este enfoque abre oportunidades para emprendimientos locales: gastronomía tradicional, servicios turísticos, producción artesanal, actividades guiadas o intercambios culturales que permitan a visitantes y habitantes redescubrir Loncoche desde su propio paisaje.
De la infraestructura a la visión compartida
Pero estas oportunidades no se concretan por sí solas. Requieren visión, coordinación y participación. Es fundamental que las obras fluviales vayan acompañadas de procesos de planificación urbana y territorial, políticas públicas coherentes y espacios de conversación con la comunidad. Así, la infraestructura hidráulica puede desplegar todo su potencial como palanca de desarrollo territorial.
Las obras fluviales no solo controlan el agua: también abren caminos para el futuro.
El desafío es colectivo.
Dependerá de la capacidad de autoridades, organizaciones y habitantes de Loncoche para mirar el territorio con nuevos ojos y construir una proyección que integre naturaleza, cultura y desarrollo.
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